Por Eric Rossati, director de SAP Ariba y SAP Fieldglass en México
Desde hace varios años se insiste en la necesidad de incrementar el número de mexicanos que cuenten con algún tipo de seguro. La preocupación no es nueva.
Según estimaciones de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), solo el 25% de la población del país tiene una póliza. De hecho, como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), el sector asegurador mexicano tiene una penetración del 2.2%, un nivel inferior al que registran países como Chile (4.6%), Brasil (3.9%) y Colombia (2.8%), de acuerdo con cifras del Panorama Anual de Inclusión Financiera 2020 (PAIF 2020), estudio elaborado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
El PAIF 2020 también señala que, del total de pólizas, el 42% se concentra en el segmento de Vida, seguido por Automóviles (20%), Daños –sin incluir autos– (18%), Accidentes y Enfermedades (16%) y Pensiones (5%).
En el escenario de una pandemia que aún estamos en el proceso de superar, la posición del rubro vinculado a la salud, la penúltima del listado general, es algo que tristemente se está notando en la realidad. Según cifras de la AMIS (mediados de marzo de 2020), de los 2,175,462 casos de Covid-19 reportados por las autoridades en ese momento, solo el 1.32% contaba con el respaldo de un seguro de gastos médicos; y en el caso de los fallecidos, mucho menos de la mitad (solo el 30%) tenía una póliza de vida.
Para la industria mexicana de seguros, la situación no podría ser más desafiante. En un inicio, el tamaño del mercado debe expandirse. Se podría suponer que la pandemia, al reforzar nuestra conciencia de lo importante que es proteger la salud y las finanzas de nuestras familias, ayudará a aumentar la demanda de pólizas de seguro médico y de vida.
Pero la oportunidad no será fácil de concretar. Para 2021 la economía de México, si bien justifica cierto grado de optimismo, seguirá en la ruta de reconquistar el terreno que ha perdido durante la pandemia. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía del país crecerá en el rango del 5% en 2021, pero el avance no será igual para todas las industrias y dependerá mucho de los progresos en la estrategia de vacunación.
Sin embargo, al tratarse de una recuperación y no de un crecimiento pleno, se espera que continúe este año un ambiente de desaceleración económica. Como lo apunta la consultora Pricewaterhouse Coopers los consumidores, aunque más interesados en los seguros y en tomar decisiones que alejen riesgos, quizás no cuenten con los recursos necesarios para invertir en un nuevo producto financiero. Incluso los clientes existentes podrían enfrentar dificultades para cubrir las primas de los servicios. En un hogar que enfrenta una situación económica complicada, como desempleo, la contratación de un seguro no es un asunto de conciencia, sino de posibilidades financieras.
Enfocarse en lo realmente importante
Frente a una circunstancia así, las organizaciones del sector asegurador deben enfocarse en lograr la máxima eficiencia en todos sus procesos operativos. La capacidad para reaccionar a las condiciones del mercado con creatividad y agilidad no puede ser obstaculizada por la gestión de tareas que no son críticas para el negocio y la generación de ingresos. Ganar y retener clientes protegiendo la rentabilidad del negocio debe ser la absoluta prioridad. Desperdiciar tiempo y recursos en actividades que no ayuden a materializar tal objetivo, será un error lamentable.
La innovación, en ese sentido, es un factor que puede marcar la diferencia. Por ejemplo, aprovechando soluciones basadas en la nube para adquisiciones, las aseguradoras pueden digitalizar y automatizar procesos de abastecimiento de extremo a extremo, desde la obtención de bienes y servicios, la gestión y la comunicación con los proveedores, hasta la facturación y el pago. De hecho, este sector no tiene dudas respecto a los beneficios que encontrará en la nube: según International Data Corporation (IDC), en la industria aseguradora se espera un crecimiento del 46% en inversiones de tecnología en la nube, superando el promedio de 30% que se proyecta para otras industrias.
Al modernizar y digitalizar la función de adquisiciones, las organizaciones no solo aceleran los tiempos de procesamiento y reducen los riesgos relacionados con el error humano, sino que también pueden obtener una visión completa y en tiempo real del gasto en toda la empresa; por ejemplo, lo que está sucediendo en la estructura de abastecimiento de la organización (perfil y desempeño del proveedor, progreso en proyectos, presupuestos, cumplimiento, etc.), lo que le permitirá tomar decisiones basadas en datos oportunos (en lugar de intuición o información desactualizada) y encontrar múltiples oportunidades para aumentar la eficiencia, como el ahorro de costos, que puede tener un gran impacto en entornos económicos desafiantes.
La transformación de las adquisiciones y la gestión de todo tipo de gastos en la organización hace más que romper los silos que existen en una empresa. Gracias a la automatización y la analítica avanzada, la función de adquisiciones hoy en día puede elevar aún más su papel estratégico dentro del negocio, alineando las estrategias de gastos de la empresa con sus objetivos corporativos, como los relacionados con el medio ambiente y la sostenibilidad, o con las personas y la diversidad. Y este es un hecho cada vez mejor documentado. De acuerdo con una investigación-encuesta global elaborada por Oxford Economics y SAP, entre ejecutivos de la cadena de suministro y adquisiciones pertenecientes a organizaciones líderes (en todos los sectores de la industria) que han realizado grandes inversiones en tecnología (y que por ello están más avanzadas en sus procesos de transformación digital):
- El 96% dijo que las adquisiciones ayudan a la organización a mejorar la rentabilidad.
- El 93% dijo que las adquisiciones contribuyen a que la organización mejore el crecimiento y los ingresos.
- El 90% dijo que las adquisiciones ayudan a la organización a reducir los costos.
- El 90% dijo que las adquisiciones contribuyen a que la organización reduzca el riesgo.
Al invertir en soluciones basadas en la nube y buscar la innovación continua, la industria de seguros mexicana no solo estará mejor equipada para superar las amenazas económicas este año, sino que también podrá convertir los desafíos en oportunidades y surgir más fuerte que antes.